Los institutos IMDEA Software e IMDEA Networks han comenzado a trabajar este año para desplegar, en 2025, una red cuántica que conecte sus centros de datos y los de las universidades de la Comunidad de Madrid. Cientos de kilómetros de fibra óptica lo harán posible.
Además de transmitir ingentes cantidades de información entre continentes, los cables de fibra óptica transoceánicos pueden actuar como sensores ambientales de movimientos sísmicos y corrientes oceánicas. Para conseguirlo, una nueva técnica utiliza los repetidores que llevan estas infraestructuras y ha logrado detectar terremotos de Perú e Indonesia en una línea que conecta Reino Unido con Canadá.
Un grupo de investigadores convertirá este verano el cableado de fibra óptica instalado en el lecho marino de las islas Canarias en una red sísmica para localizar terremotos. Los expertos utilizarán la tecnología DAS, que permite convertir un cable de fibra óptica en una red de sensores sísmicos muy densa, capaz de hallar sismos a miles de kilómetros de su epicentro.
Investigadores de la Universidad de Granada han diseñado un sistema de señalización luminosa para iluminar torres o edificios altos que pueden afectar al tráfico aéreo. Una de sus ventajas es que la fuente luminosa se instala en el suelo, por lo que los operarios eliminan los riesgos de trabajar en altura.
Investigadores del centro catalán ICN2 y las universidades Politécnica de Valencia y La Laguna han logrado controlar el caos y otras complejas dinámicas en el campo óptico con la ayuda de un cristal optomecánico y el ajuste de los parámetros de un láser. Este avance se podría aplicar en la codificación de información, introduciendo caos en la luz que la transporta.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia han fabricado un dispositivo pionero para procesar y distribuir mejor la señal en fibras ópticas. El avance ayudará a garantizar el rendimiento y prestaciones de las comunicaciones 5G y el denominado internet de las cosas.
El teletransporte es posible, al menos a escala cuántica. Dos equipos científicos han logrado hacer transferencias remotas de información cuántica codificada en partículas de luz a lo largo de varios kilómetros de redes de fibra óptica en las ciudades de Hefei (China) y Calgary (Canadá). El avance abre el camino hacia las comunicaciones del futuro, como la internet cuántica.
Facebook y Microsoft han anunciado la construcción de un cable submarino de 6.600 kilómetros que atravesará el océano Atlántico desde la costa este de EE UU hasta Bilbao. El cable, denominado Marea, tendrá una capacidad 160 terabytes por segundo –16 millones de veces más rápido que una conexión de internet doméstica–. Con esta infraestructura, los dos gigantes tecnológicos podrán mover de manera más eficiente las enormes cantidades de datos generados por sus populares servicios online.
Investigadores de la Universidad Pública de Navarra han fabricado sensores de gases y temperatura, utilizando fibras ópticas de cristal fotónico, para soportar las altas temperaturas que generan las pilas de carbón en combustión. Con ellos se puede monitorizar este tipo de residuos procedentes de la extracción minera y minimizar los problemas medioambientales asociados.
Un equipo internacional con participación de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha demostrado la viabilidad de un nuevo método criptográfico que recurre a las propiedades físicas de los láseres ultralargos de fibra óptica. La investigación aporta un nuevo sistema de intercambio de claves “extremadamente seguro” basado en la criptografía.