La fibrosis hepática y su etapa final, la cirrosis, representan un enorme problema de salud a nivel mundial por su alta morbimortalidad y por el elevado coste que implica el manejo y cuidado de los pacientes. Actualmente el único tratamiento eficaz para combatir la enfermedad es eliminar la causa (terapia antiviral en hepatitis víricas, abstinencia alcohólica, etc), aunque esto no es posible en muchos pacientes. Un estudio traslacional demuestra que la grelina, una hormona sintetizada fundamentalmente en el estómago, ejerce efectos antifibrogénicos y puede representar una nueva terapia antifibrótica.