Investigadores españoles han desarrollado un sistema rápido y eficaz que detecta la presencia del gluten en heces y orina para el control de la dieta en celíacos. Esta técnica evitará el uso de otras metodologías más costosas e invasivas. Este trastorno crónico afecta, al menos, al 1% de la población.
El trigo, uno de los cereales más consumidos del mundo, contiene gluten, un conjunto de proteínas que pueden ser tóxicas para las personas celiacas. Un nuevo estudio, que ha analizado los componentes tóxicos de estas proteínas en diferentes variedades de este cereal, da el primer paso hacia el desarrollo de productos seguros para celiacos a base de trigo.
Al menos una vez cada 2-4 días más del 40% de las personas celíacas incumple su dieta. Así concluye un nuevo estudio, liderado por expertos de Sevilla, que analiza la adherencia a la dieta sin gluten de las personas con esta intolerancia. Además, el 75% de las personas cuyas analíticas de sangre probaban que no habían ingerido gluten, lo habían comido, finalmente, sin saberlo.
En determinados sectores, comer alimentos sin gluten está de moda porque se considera una opción más saludable. Sin embargo, nuevos datos confirman lo que el grueso del colectivo médico ya denuncia: la dieta libre de gluten tiene cada vez más seguidores si bien la proporción de individuos con enfermedad celíaca permanece estable desde hace años.
Para poder ser etiquetados como productos libres de gluten, los alimentos no deben superar los 20 miligramos de gluten por kilo. Sin embargo, algunos pacientes son muy sensibles y ni siquiera toleran estas cantidades. Un nuevo método, ideado y patentado por la Universidad de Oviedo, permite distinguir la presencia de estas proteínas alergénicas en distintas familias de cereales, abaratando los costes y mejorando la detección.
Investigadores de la Universidad de Huelva han añadido aceites de clavo, canela y tomillo a un material elaborado con gluten de trigo para demostrar su capacidad de reducir los hongos y bacterias en envases de alimentos. El estudio abre la puerta al diseño de materiales de embalaje personalizados con propiedades adaptadas a cada producto.
Investigadores españoles han desarrollado una herramienta sencilla y no invasiva que permite detectar si un niño de entre dos y cuatro años es celíaco sin necesidad de realizar una extracción de sangre. Se trata de una simple punción en el dedo, un sistema económico y rápido.
Investigadores de la Universidad de Jaén han detectado una proteína que activa la inflamación del intestino propia de los celiacos en contacto con el gluten. Denominada interleukina 33, esta podría actuar comobiomarcador potencial para un diagnóstico más preciso de la enfermedad, que la diferencie de otras patologías inflamatorias como la enfermedad de Crohn. Es la primera vez que se asocia esta proteína propia del sistema de defensa del organismo con la celiaquía.
Aumentar la calidad sensorial y nutricional de los productos sin gluten, al tiempo que se reduce su coste, es uno de las principales demandas de las asociaciones de celíacos. Un reto que sólo podrá lograrse si empresas agroalimentarias y centros de investigación trabajan de la mano. Así lo afirma Juan Ignacio Serrano Vela, doctor en Biología y responsable de Investigación y Formación de la Asociación de Celíacos y Sensibles al Gluten de Madrid. Serrano Vela ha participado en la VIII Jornada de Innovación y Tecnología Alimentaria CTIC-CITA & Cajamar, celebrada este mes en Calahorra (La Rioja).
La celiaquía es una enfermedad que daña el revestimiento del intestino delgado, lo que impide la absorción de compuestos nutricionales fundamentales. Científicos españoles han estudiado el papel de las bacterias del tubo digestivo en el metabolismo del gluten, lo que podría abrir la puerta al desarrollo de nuevos tratamientos.