Al comparar la morfología craneodental de las especies de osos modernos con dos especies ya extinguidas, investigadores de la Universidad de Málaga han descubierto que los plantígrados desaparecidos no eran tan diferentes de los actuales. El oso de las cavernas, reputado como un gran herbívoro de los carnívoros, era en realidad más omnívoro de lo que se pensaba; el oso de cara corta, hipercarnívoro, también comía vegetales en función de la disponibilidad. El trabajo aporta pistas clave sobre la evolución de los nichos de carnívoros durante el periodo glaciar.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Bristol, la completa recuperación de los sistemas ecológicos tras la extinción más devastadora de todos los tiempos no se produjo hasta al menos 30 millones de años más tarde.