Un equipo internacional, liderado por el Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, ha descubierto que las poblaciones con ascendencia genética americana y europea tienen mayor riesgo de sufrir la toxicidad de una amplia variedad de fármacos.
Por unos 150 euros ya es posible secuenciar parte del ADN y averiguar si tiene mutaciones genéticas asociadas a determinadas enfermedades que podrían transmitirse a los hijos. El dilema está en qué hacer con esta información confidencial cuando la persona muere. Juristas, genetistas y expertos en bioética analizan cómo tratar la dimensión familiar del genoma cuando su dueño ya no está.
Esta semana Nature acoge un debate candente: las controvertidas relaciones entre herencia genética y diferencias de grupo. La revista ha decidido lanzar una pregunta: ¿Tiene sentido que los científicos estudien los posibles vínculos entre inteligencia y 'raza' o género? Dos textos con visiones contrarias recogen el guante: el del neurocientífico Steven Rose, que argumenta en contra y señala que la cuestión en sí está mal planteada; y el de los profesores de desarrollo humano Stephen Ceci y Wendy M.Williams, que creen que la ciencia no debe tener límites en cuanto a las cuestiones que investiga.