Investigadores de la Universidad de Jaén han desarrollado un sistema con el que se identifican fragmentos de huesos tras una rotura para ayudar al facultativo a determinar cómo debe ser su restauración antes de una operación quirúrgica. De esta manera, los especialistas disponen de toda la información necesaria antes de la cirugía, y consiguen mejores resultados en la recuperación del paciente.
Investigadores de varias universidades andaluzas han diseñado un sistema que caracteriza las propiedades mecánicas de cada hueso para predecir la evolución de las fracturas óseas y sus tiempos de recuperación, usando técnicas nanométricas. Los resultados obtenidos permitirán a los especialistas realizar recreaciones computacionales de cada lesión para un tratamiento más personalizado.
Cuando el propio organismo no es capaz de regenerar los defectos óseos que sufre, suele ser de gran ayuda colocar estructuras compatibles y biodegradables que sirvan como andamios temporales en el tejido dañado. El grupo NanoBioCel de la Universidad del País Vasco ha liderado el desarrollo de uno de estos sistemas, que además de soporte físico, ofrece la oportunidad de liberar factores de crecimiento imitando la forma en la que lo hace el cuerpo.
Investigadores españoles han utilizado residuos procedentes de la industria agroalimentaria, concretamente del orujo de manzana, para desarrollar biomateriales capaces de actuar como matrices 3D para regeneración de hueso y cartílago. Este nuevo sistema puede ser útil para el tratamiento de enfermedades relacionadas con el envejecimiento como la osteoporosis, la artritis o la artrosis, según los autores.
Una investigación, en la que participa el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana de Burgos, indaga sobre la manipulación de huesos para fines no nutricionales hace más de 300.000 años en el yacimiento israelí de Qesem Cave. Los hallazgos revelan la existencia de retocadores de hueso en este enclave y confirman la capacidad de los homínidos previos al Homo sapiens para manipular diferentes tipos de materias.
El hueso de aguacate –la cuarta fruta tropical más vendida del mundo– constituye una fuente de energía térmica con calidad superior a la cáscara de almendra y al hueso de aceituna, que se emplean en la actualidad como fuentes de biomasa. Así lo confirma un estudio que considera por primera vez las posibilidades energéticas de este fruto. Los científicos de las universidades de Córdoba y Almería utilizaron los huesos que se desechan en la elaboración del guacamole en varias fábricas de Málaga.
Las caídas sufridas por las personas mayores y las consecuencias derivadas de las mismas constituyen un gran problema de salud pública, por su creciente frecuencia y su capacidad de generar dependencia. Según un nuevo estudio, es posible identificar en el momento mismo de la caída a aquellas personas que tienen elevado riesgo de presentar una mala recuperación funcional.
Investigadores de la Universidad de Extremadura han participado en un proyecto internacional para crear implantes óseos de forma personalizada con materiales biodegradables. Mediante técnicas de imágenes médicas han reproducido e imprimido en 3D una copia exacta de la pieza ósea requerida, de manera que encaje perfectamente en el paciente.
Un estudio, publicado en Journal of Periodontology, revela que la osteoporosis no es causante de la pérdida de implantes. Los resultados han corroborado que no es probable que el padecimiento de un cuadro de esta patología contraindique la colocación de implantes en los pacientes que lo necesiten.
Investigadores de la Universidad de Málaga y el Instituto de Cerámica y Vidrio de Madrid han diseñado y patentado biomateriales que sirven de soporte a las células óseas para la reparación de tejidos. Se trata de una mezcla de dos tipos de vidrio que consigue estructuras porosas tridimensionales enriquecidas con nitrógeno. Este compuesto evita el rechazo celular y acelera el proceso de recuperación del hueso.