Investigadores del ICP publican hoy en los Proceedings of the Royal Society B una de las primeras evidencias a partir del registro fósil que apoya la teoría evolutiva del envejecimiento, según la cual las especies que evolucionan en ecosistemas con baja mortalidad y con una limitación de recursos tienden a ser más longevas. Un paradigma de estos ambientes son las islas.
El trabajo muestra que la altura de los dientes de mamíferos endémicos insulares es un indicador de su longevidad, y pone en cuestión el uso de este rasgo morfológico como un indicador exclusivo para inferir la dieta de las especies fósiles, así como para interpretar el clima en el que vivían.