La biodiversidad de la flora de los cultivos de cereales se ha reducido drásticamente en Cataluña desde los años 50 hasta la actualidad, según un nuevo estudio que apunta a la intensificación de la explotación agrícola como responsable de la disminución de la riqueza y abundancia de las llamadas malas hierbas. El trabajo señala que en la mayoría de los campos de cereales ha desaparecido cerca de un centenar de especies, 30 de las cuales eran propias de los sembrados.