La congestión nasal, los estornudos y otras molestias típicas de la rinitis son más graves para los habitantes de regiones con niveles elevados de polución. A pesar de que se trata de una enfermedad no mortal, supone un desafío importante para la salud pública y está vinculada a un deterioro en la vida cotidiana de quienes la sufren.
Los efectos irritantes del cloro no solo pueden producirse dentro del agua sino también en el ambiente de las piscinas cubiertas. Así lo indica una investigación, publicada en Gaceta Sanitaria, que determina que la concentración media de cloro en el aire de las piscinas cubiertas es de 4,3 miligramos por metro cúbico, muy por encima del 1,5 establecido como límite para percibir irritaciones.