Un estudio sobre la población mundial revela que la mayor parte de una jornada cotidiana se dedica a actividades centradas en el ser humano: unas 9,4 horas (interacciones sociales, alimentarse, higiene, formarse...). Otras nueve, de media entre todas la edades, a dormir; y el resto a actividades como el cultivo y preparación de alimentos, los desplazamientos, el comercio y la vigilancia.
Trabajar muchas horas a la semana afecta a la salud mental de manera distinta según el género, de acuerdo con un estudio llevado a cabo en Reino Unido. Los síntomas depresivos se ven agravados por la doble jornada que afrontan muchas mujeres al añadir las horas que dedican diariamente a tareas domésticas.