Investigadores de varios centros europeos han identificado las principales fuentes de exposición al plomo en el buitre leonado, elaborando mapas de riesgo asociado a este contaminante en el espacio y en el tiempo. Estos mapas pueden ser una herramienta útil para mitigar los efectos de contaminantes altamente tóxicos.
Gracias al estudio de los patrones de vuelo del buitre leonado (Gyps fulvus), una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado una metodología para establecer la ubicación de los aerogeneradores de los parques eólicos de forma que se reduzcan al máximo las colisiones de esta especie. Las conclusiones aparecen recogidas en la revista PLoS ONE.