La aparición de un linfoma folicular o de un linfoma difuso de células B grandes puede depender de un mismo gen. De acuerdo con un trabajo de científicos españoles y estadounidenses, el gen Crebbp está implicado en el origen de ambas enfermedades. Su pérdida o su mutación es clave para el desarrollo de una u otra patología, un descubrimiento que abre la puerta al desarrollo de nuevos fármacos.