Un estudio internacional ha hallado la forma de ensamblar genomas de especies extinguidas a partir de estas estructuras compuestas por proteínas y ADN. Han sido descubiertas en la piel de un mamífero que murió hace 52.000 años y abren nuevas posibilidades para la biología y la paleogenética.
Un análisis genómico demuestra que la población de estos grandes mamíferos en la isla de Wrangel, en Rusia, se mantuvo estable hasta su repentina desaparición hace tan solo 4000 años. Este descubrimiento refuta la teoría de que se extinguieron por razones genéticas. Algo ocurrió, pero todavía no se sabe qué.
El anterior registro era de un millón de años de antigüedad y se extrajo de un hueso de un mamut. Este nuevo hallazgo, recogido en sedimentos de la Edad de Hielo en el norte de Groenlandia, abre un nuevo capítulo en la historia de la evolución, según sus descubridores.
Hace 41.500 años los Homo sapiens ya utilizaban joyería ornamentada, según recoge un estudio sobre los restos de un colmillo de mamut hallados en una cueva en Polonia. La pieza cuenta con 50 perforaciones y dos agujeros completos.
Un equipo de investigación ha descubierto, gracias al análisis de los isótopos que forman parte de sus grandes colmillos, cómo se desplazaban los mamuts lanudos durante las diferentes etapas de su vida. El estudio aporta nuevas pistas sobre la extinción de estos animales.
La desaparición de la megafauna prehistórica al final de la última Edad de Hielo se había atribuido a la expansión de los primeros humanos por todo el mundo. Sin embargo, el análisis del genoma del rinoceronte lanudo demuestra que esta especie, en realidad, se extinguió por el cambio climático de aquella época.
En una cueva de Barcelona descansaban los restos más antiguos de un ejemplar de lince ibérico que habitó hace 1,6 millones de años. El hallazgo no solo permite arrojar luz sobre los orígenes de uno de los felinos más amenazados del mundo, sino que adelanta en medio millón de años la aparición de esta especie en la península ibérica.
Diego Álvarez Lao y María Noval en la cueva que albergaba el yacimiento de Jou Puerta. Foto: Javier Calzada.
Restos de la cría de mamut hallados en Jou Puerta: Tres fragmentos de molar (arriba) y una pequeña defensa. Foto: Diego Álvarez Lao.
Investigadores asturianos han conseguido recuperar uno de los conjuntos faunísticos de clima frío más abundantes de la península ibérica. El yacimiento de Jou Puerta, oculto durante milenios, quedó al descubierto durante las obras de la Autovía del Cantábrico, y antes de que la obra continuase su curso los investigadores han recuperado más de mil restos pertenecientes a individuos de diez especies en un estado de conservación excepcional.