Este mes la colaboración IceCube ha anunciado el descubrimiento de una fuente de rayos cósmicos y neutrinos de alta energía en el universo, un hallazgo que los físicos llevaban décadas esperando. Bajo las aguas del Mediterráneo, los telescopios de neutrinos ANTARES y el futuro KM3NeT se suman a la búsqueda de estas esquivas partículas, que incluso podrían ayudar a resolver el misterio de la materia oscura.
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía y otros centros internacionales han encontrado un halo de materia oscura en torno a un cúmulo de galaxias seis veces más denso de lo que se esperaba. El hallazgo muestra que debe haber mecanismos muy eficaces, no contemplados hasta ahora, para la acumulación de materia en torno a las grandes estructuras del universo.
Aunque todavía no se ha podido detectar, la materia oscura constituye alrededor del 27% del universo y sus efectos se dejan notar en el movimiento de las galaxias. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Yale (EE UU) han comprobado que en al menos una galaxia, denominada NGC1052-DF2, no aparece ni rastro de materia oscura, solo la masa de sus cúmulos de estrellas.
Con una pequeña antena en una remota región de Australia, los astrónomos han captado una señal de las primeras estrellas del universo, y revela que se 'encendieron' 180 millones de años después del Big Bang. El descubrimiento viene acompañado de otro inesperado: antes de que nacieran las estrellas algo enfrió el gas circundante, quizá la misteriosa materia oscura.
Esta semana los científicos del proyecto Dark Energy Survey han presentado en EE UU y España la medida más precisa jamás hecha de la estructura a gran escala del cosmos. Los resultados confirman que el 26 % del universo se compone de la misteriosa materia oscura, así como de un 70 % de energía oscura, también invisible, que está causando su expansión acelerada. El nuevo resultado compite en precisión con las medidas de la radiación de fondo de microondas
Una ceremonia celebrada el viernes en Dakota del Sur en EE UU marca el inicio de la excavación de la instalación que albergará LBNF/DUNE, el mayor experimento sobre neutrinos de EE UU. Cuatro instituciones científicas españolas participan en el proyecto para estudiar a fondo esta elusiva partícula elemental.
En las profundidades del Laboratorio Subterráneo de Canfranc (Huesca) un equipo de científicos de la Universidad de Zaragoza ha puesto en marcha el proyecto ANAIS para investigar la misteriosa materia oscura del universo. Mediante detectores de ioduro de sodio ultrapuro intentarán confirmar una señal registrada por otro laboratorio italiano relacionada con partículas WIMP.
La búsqueda de axiones, partículas hipotéticas candidatas a componer la materia oscura del universo, se acelera. Con la ayuda de un telescopio de axiones solares instalado en el CERN, un equipo internacional de investigadores liderados desde la Universidad de Zaragoza ha conseguido los resultados más sensibles alcanzados hasta ahora para tratar de encontrar estas esquivas partículas, que se podrían haber producido en grandes cantidades cuando nació el universo.
En las galaxias espirales que vemos en la actualidad domina la misteriosa materia oscura, que hace girar más rápido sus brazos externos, pero en las de hace 10.000 millones de años no ocurría así y era la materia ‘normal’ la predominante. Los astrónomos han obtenido este sorprendente resultado al observar galaxias muy antiguas y distantes, y sugieren que la materia oscura tuvo menos influencia en el universo temprano que en el actual.