Las dos características más importantes de los sólidos vítreos a bajas temperaturas persisten en vidrios altamente estabilizados. Así lo revelan muestras de ámbar con más de 110 millones de años de antigüedad recogidas en la Cueva de El Soplao, en Cantabria, y analizadas por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Un equipo internacional de científicos ha comprobado que aplicando una deformación a unos novedosos materiales, conocidos como aislantes topológicos, se puede modificar de forma controlada su comportamiento electrónico, un efecto de gran interés para los sectores informático y de las telecomunicaciones. En el trabajo, que es portada de la revista Nature Physics, ha participado un investigador de la Universidad de Cádiz.
Nanoestructura natural vista al microscopio electrónico. / Ling Li
Comparación de las calidades en capas de 15 nanómetros obtidas por deposición química (PAD) o deposición por láser pulsado (PLD). / USC
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han creado un ‘cristal’ en el que se pueden proyectar letras e imágenes sin dejar de ver lo que hay detrás. El secreto lo guardan sus nanopartículas de plata, que reflejan la luz láser en una determinada longitud de onda. Los escaparates, ventanas y parabrisas del futuro podrían utilizar esta nueva tecnología.
Investigadores del instituto ETH de Zúrich (Suiza) han ideado una técnica para incorporar pequeños dispositivos electrónicos en tejidos biológicos como la piel y las superficies vegetales. Esta electrónica también se podría usar en lentes de contacto para medir la presión intraocular.
Los seres humanos hemos desarrollado “un montón de herramientas biológicas, físicas y químicas que permiten manipular los objetos a escala atómica y molecular", explica Pedro Serena, físico del Instituto de Ciencia de los Materiales del CSIC. Desde su posición de investigador mantiene un compromiso con la divulgación de la ciencia que se materializa en libros como La nanotecnología (CSIC-Catarata), charlas y actividades para cautivar con el método científico.
La Universitat de València lidera una investigación en nuevas células solares finas, flexibles y semitransparentes hechas de perovskita. Se podrían poner en las ventanas de los edificios, donde filtrarían rayos solares y, al mismo tiempo, generarían electricidad.