La cavidad se forma al enfrentar dos fibras ópticas cuyos extremos actúan como espejos. En medio se sitúa el átomo a medir.
Investigadores del Laboratorio Kastler-Brossel de París (Francia) describen en el último número de Nature cómo obtener una medida cuántica casi ideal, que permite detectar el estado de un átomo con la mínima perturbación posible. El secreto es utilizar una pequeña cavidad óptica con dos espejos enfrentados.