Una nueva metodología, basada en el uso de información meteorológica de alta resolución para el cálculo de la trayectoria de las masas de aire, también puede ser aplicada en otras áreas como el estudio de la radioactividad ambiental.
El estado de ánimo de algunas personas e incluso su salud mental dependen de los cambios meteorológicos. En España, la tramontana, el viento sur del norte y el siroco están relacionados con una mayor presencia de migrañas, cuadros depresivos, ansiedad e irritabilidad. No existe consenso científico sobre por qué determinadas masas de aire producen este desequilibrio.
El catedrático Josep M. Vidal Llenas durante el acto de homenaje. / UB
Un trabajo liderado por investigadores de la Universidad de Barcelona, ha analizado el impacto de la variabilidad climática interanual y estacional en los incendios producidos en los bosques de Cataluña durante el verano. El estudio concluye que los incendios forestales de verano, además de estar vinculados a las condiciones climáticas de la estación estival, también lo están a las condiciones climáticas antecedentes, sobre todo del invierno y la primavera del mismo año y de los dos años anteriores.
Investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) han desarrollado un dispositivo para medir la fuerza y dirección del viento incorporando los sensores a un globo aerostático. El sistema está diseñado para entornos marinos.
Tras 20 años recopilando información sobre tornados en España, un investigador de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) publica en Atmospheric Research un estudio realizado a partir de una base de datos con más de 1.000 tornados observados, en el que analiza los cambios espaciales y temporales de estos fenómenos. Los resultados demuestran que cada año los tornados azotan la geografía española.
Un grupo de investigadores de las universidades de Burgos y Salamanca emplean modelos de redes neuronales aplicadas al medio ambiente que han permitido, entre otros resultados, determinar días típicos de verano y otoño en la ciudad de Burgos. El trabajo de investigación trata de perfeccionar esta herramienta en conocimientos medioambientales, empleada desde hace décadas en campos como la medicina, las finanzas o las redes de computadoras.
Una investigación de la Universidad de Extremadura reconoce la labor de observación meteorológica llevada a cabo por dos españolas, hasta ahora desconocidas, en una solitaria y pequeña isla de Guinea Ecuatorial en 1875. Estos datos pueden ser útiles para estudiar el cambio climático actual.
La historia de la climatología en el Levante peninsular ibérico, en la que se alternan los períodos de sequía con las tormentas y temporales, se repite desde siglos atrás, por lo que es posible prever estos acontecimientos para poner en marcha técnicas con las que hacerle frente y minimizar su impacto.
El proyecto integrado europeo CIRCE sobre el cambio climático y su impacto en el Mediterráneo y el proyecto Consolider español GRACCIE sobre cambios climáticos graduales y abruptos, cuentan entre sus filas con un grupo de investigadores de la UPV/EHU: el Grupo de Investigación Atmosférica (GIA) de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbao. Liderados por Lucio Alonso, llevan más de 25 años de trabajo conjunto, y siempre han sido pioneros en la materia.