Las nebulosas planetarias, estrellas similares al Sol que han agotado su combustible y expulsado sus capas externas, han permitido estudiar las dos subestructuras principales de la galaxia Andrómeda. El trabajo, liderado desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía, apunta a que estas subestructuras tienen un mismo origen, y que muy posiblemente son producto de la interacción de esta galaxia con otra satélite.
Nebulosa planetaria ESO 378-1 captada por el VLT. / ESO
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía y otros centros han detectado anomalías en la nebulosa del Esquimal que apuntan a que su estrella central pudiera ser un sistema binario. El trabajo también aporta evidencias robustas sobre la existencia de una capa de conducción que transfiere energía térmica, producida en el choque de vientos estelares, en las nebulosas planetarias.