El Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC-ICCC) de Barcelona ha entregado los premios a las obras ganadoras de la segunda edición de CardioCOMIC, concurso internacional de cómics sobre investigación y enfermedades cardiovasculares (ECV). Mediante esta iniciativa se pretende acercar la investigación y la prevención de las ECV a la población en general, mediante un formato novedoso como es el cómic.
Investigadores españoles demuestran que la exposición de las embarazadas a un compuesto químico, conocido como DDE, está asociada con un rápido aumento de peso del bebé durante los primeros seis meses de vida. Este incremento potencia el riesgo a padecer obesidad durante la infancia.
En colaboración con un equipo norteamericano, investigadores cordobeses han descubierto en un tipo de células un sensor natural contra la acumulación de grasas. Este hallazgo podría tener interesantes aplicaciones terapéuticas para evitar la aparición también de otros problemas de salud como la diabetes.
Un equipo norteamericano de científicos ha descubierto que un conjunto de moléculas, encargadas de regular los niveles de grasa en el hígado, posee un ciclo similar al ritmo vigilia-sueño. Este estudio explica por qué los trabajadores por turnos sufren más problemas de obesidad y desórdenes metabólicos.
Un equipo multidisciplinar de la Universitat Politècnica de València, la Universitat de València, la Universitat Jaume I, el Hospital General Universitario de Valencia y el Centro de Investigación Biomédica en Red Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn) está desarrollando un estudio sobre la eficacia en la población infantil y adolescente de los videojuegos activos –las llamadas plataformas exergaming– para realizar ejercicio y mejorar su salud y forma física.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en 2015 habrá 2.300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad. Este hecho hace que los expertos consideren la obesidad como una epidemia, que tiene su origen fundamentalmente en inadecuados hábitos alimentarios, la genética y el sedentarismo, factores que provocan un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de calorías.