Si su objetivo es perder los kilos ganados estas navidades, quizá le interese saber que las hormonas relacionadas con el apetito desempeñan un papel importante en la recuperación del peso después de una dieta de adelgazamiento. Un nuevo estudio afirma que las personas con niveles más altos de leptina y más bajos de grelina son más propensas a recuperar los centímetros perdidos.
La bióloga Aline Jelenkovic ha analizado hasta qué punto influyen la genética y el ambiente en la morfología corporal. Para ello, ha estudiado a familias nucleares del Gran Bilbao, con hijos de entre 2 y 19 años de edad. En su tesis corrobora que el factor ambiental influye considerablemente en la cantidad de tejido adiposo (tejido compuesto por células acumuladoras de grasa), y que éste se relaciona, a su vez, con la presión arterial. Su control parece, pues, clave para luchar contra la obesidad.
El aumento moderado de proteínas y la reducción de alimentos con un alto índice glucémico -como harinas refinadas o arroz descascarillado- ayudan a mantener una dieta saludable y no recuperar los kilos perdidos. Así se desprende de una investigación en la que ha participado el catedrático de Nutrición de la Universidad de Navarra Alfredo Martínez. Se trata del análisis sobre dieta más grande del mundo.
Un novedoso estudio mide, por primera vez, la evaluación en España del uso de balones hidrostáticos para tratar las estrecheces asociadas a la cirugía bariátrica. En intervenciones en las que se realiza un bypass gástrico laparoscópico (fundamentalmente, en reducción de estómago en pacientes con obesidad mórbida), puede darse una complicación denominada estenosis, un estrechamiento que afecta al funcionamiento correcto del sistema digestivo.
La producción de esta hormona desarrolla músculos y cumple importantes funciones en la regulación del humor del apetito sexual y de la sensación de bienestar.
Esta semana, la revista Nature Genetics publica dos artículos que relacionan nuevas variantes genéticas con la obesidad, una patología que se ha convertido en la segunda causa de muerte prevenible, después del tabaco, en los países enriquecidos. Los estudios revelan un total de 32 variaciones genéticas asociadas con el Índice de Masa Corporal (IMC) y 14 con el radio cintura-cadera (RCC).
No se permitirá la venta de alimentos y bebidas en el ámbito escolar que no cumplan con una serie de criterios nutricionales.
Un estudio publicado este mes en la revista Diabetología, ha puesto de manifiesto que los ratones deficientes en receptores cannabinoides de tipo CB2 incrementan el peso corporal y su ingesta alimentaria con la edad. Sin embargo, a pesar de la aparición de esta alteración metabólica, estos ratones no desarrollaron en el estudio ni resistencia a la insulina ni presentaron reacción inflamatoria del tejido adiposo, situaciones que, clásicamente, se asocian a la obesidad. Al contrario, la sensibilidad a la insulina ha resultado ser mejor en los ratones con esta deficiencia.