La población infantil que vive en lugares con mayor concentración de partículas contaminantes PM2,5 y con pocas zonas verdes podría tener hasta un 62 % más de posibilidades de desarrollar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Por el contrario, la que vive en áreas más verdes y con menos polución tiene un 50 % menos riesgo, según un estudio realizado en Canadá.
Los vehículos, sobre todo los diésel, emiten partículas PM2,5 que tienen efectos nocivos para la salud. / SINC
Las partículas de menos de 2,5 micras que emiten los vehículos afectan de forma negativa a la bronquiolitis, neumonía, asma y bronquitis infantil. Si se redujeran sus concentraciones a los niveles recomendados por la OMS, disminuirían los ingresos de niños con estas enfermedades en el hospital y supondría un ahorro diario de 200 euros, según un cálculo efectuado por investigadores de la Universidad de Sevilla en esa ciudad.