Las condiciones ambientales, como la disponibilidad de acumulaciones de agua, parecen ser determinantes en la cantidad de estos insectos. El mosquito tigre se considera una de las especies invasoras más dañinas del mundo por su capacidad de adaptación y de transmisión de distintos patógenos.
Un estudio del Instituto de Salud Carlos III y del CSIC confirma que mutaciones en esta enzima, que regula la topología del ADN bacteriano, es la diana molecular de un nuevo compuesto antimicrobiano que se muestra eficaz frente a varios patógenos respiratorios humanos.
Un estudio internacional con participación de la Universidad de las Illes Balears alerta que los plásticos degradados podrían ser los que alojan mayor abundancia de comunidades microbianas, ya que esos materiales envejecidos liberan más cantidad de compuestos orgánicos que los nuevos.
Científicos de la Universidad de Málaga evidencian que los caballos son buenos indicadores para anticipar su aparición en humanos. Se trata de un patógeno emergente en España que se transmite de aves a personas a través de las picaduras de mosquitos.
La tecnología, desarrollada por un equipo del CSIC y la Universidad Politécnica de Valencia, está basada en producir de forma rápida y barata grandes cantidades de moléculas de ARN bicatenarios, capaces de neutralizar los genes de las plagas y patógenos de plantas.
El primer atlas mundial de hongos patógenos de las plantas ha permitido identificar regiones de Asia, América, África y Australia con mayor proporción de estos microorganismos. El estudio demuestra que la prevalencia de los microbios incrementará con el cambio global, lo que podría afectar a nuestra capacidad para producir alimentos en el futuro.
Pangolines, civetas y otras especies son cazadas ilegalmente en sus hábitats naturales hasta llegar a los mercados asiáticos. Esta es una de las principales vías de contagio de virus de animales silvestres a humanos. Los científicos reclaman la eliminación de este comercio no solo para proteger la biodiversidad, sino también para reducir el riesgo de una nueva epidemia.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han comprobado que un nuevo sistema de ventilación por desplazamiento del aire puede reducir el riesgo de exposición a los patógenos que se transmiten por vía aérea en los hospitales. El mecanismo impulsa el aire a bajas velocidades en la zona del paciente.
Cuando una gota de agua impacta contra la superficie de una hoja, genera un anillo de aire que impulsa las esporas secas hacia arriba y facilita su dispersión por la atmósfera. Si una planta está infectada con patógenos, otra se puede contagiar a través de este mecanismo. El proceso se ha captado con cámaras de alta velocidad.