El estudio de los huevos de dos especies de gaviotas que habitan en las islas Chafarinas revela la presencia de contaminantes orgánicos persistentes, que les transmiten sus madres a través de la alimentación. La investigación, en la que participa la Universidad Complutense de Madrid, refleja cómo influye el lugar del que proceden los nutrientes en las proporciones de estas sustancias tóxicas.