Los supervivientes de la pandemia que acabó con el 50 % de la población europea a finales de la década de 1340 tenían una variante genética que pasaron a su descendencia y que, aparte de proteger de la peste, acarrea un mayor riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes, según un estudio liderado por la Universidad de Chicago.
La mayor pandemia de nuestra historia, la peste que asoló Europa en la Edad Media, comenzó sobre el año 1338 en el actual Kirguistán. Así lo revela un análisis de ADN antiguo extraído de personas que murieron por esta enfermedad, junto a los datos históricos y arqueológicos.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas participan en un estudio internacional que aplica una técnica basada en estos restos para comprender el impacto de las pandemias.