Hace unos 66 millones de años un dinosaurio se apoyó en el suelo y dejó marcadas las escamas de su piel en los lodos de la ribera de un río, ahora convertidos en roca sedimentaria en el yacimiento de Vallcebre en Barcelona. El hallazgo de esta impresión fósil, que data del Cretácico Superior, es único en Europa.
Pezones y piel son zonas que reaccionan ante estímulos causando la piel de gallina o la excitación de los pezones. Una investigación explica cómo ciertas células nerviosas son las responsables de que tanto hombres como mujeres sufran estas alteraciones.
Científicos del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona han descubierto dos proteínas, denominadas Dnmt3a y Dnmt3b, que son indispensables para preservar las células madre de la piel. De hecho, sin ellas, estas células madre desaparecen.
Determinadas variaciones en los genes asociados al pelo rojo aumentan la probabilidad de sufrir melanoma, el cáncer de piel responsable del 80% de las muertes. Así lo indica un estudio, publicado en Nature Communications, que revela cómo la carga de mutaciones puede ser comparable a dos décadas de exposición al sol.
Científicos de la firma estadounidense Olivo Labs y del MIT han desarrollado un nuevo material hecho de polímero adhesivo capaz de restaurar las propiedades estéticas y funcionales de la piel saludable. En pruebas con humanos se ha visto que reduce las bolsas de los ojos y mejora la hidratación cutánea.
Una serpiente de color verde con manchas negras y marrones y más pálida en su parte inferior se deslizaba por los suelos de Teruel hace unos diez millones de años. Un grupo internacional de paleontólogos ha logrado por primera vez reconstruir su aspecto gracias al análisis de las células cromáticas mineralizadas que se conservaban en un fósil hallado en el yacimiento de Libros a principios del siglo XX.
Los pulpos poseen una piel elástica que cambia de color en cuestión de segundos y les permite mimetizarse con el espacio y comunicarse entre ellos. Un equipo internacional de investigadores ha creado una epidermis artificial que se asemeja a la de estos cefalópodos, con el objetivo de que los robots del futuro tengan mecanismos para interactuar con el entorno.