Infografía de la temporada de alergias en España. / Efe
Una nueva metodología, basada en el uso de información meteorológica de alta resolución para el cálculo de la trayectoria de las masas de aire, también puede ser aplicada en otras áreas como el estudio de la radioactividad ambiental.
Un estudio liderado por la Fundación Dinópolis ha realizado un estudio en el yacimiento de Ariño (Teruel) sobre la flora fósil de este lugar. Hasta el momento se han registrado unas 24 especies de esporas y 24 especies de granos de polen muy bien conservados. Gracias a esta información se puede determinar que este lugar se formó en un lago de agua dulce con influencia marina, es decir, próximo a la costa.
Un megaestudio sobre los anticuerpos de 10.000 personas de EE UU ha dado una sorpresa a los alergólogos al revelar que la proporción de personas alérgicas es la misma en cualquier zona del país, lo único que varía es la sustancia que cada una rechaza. ¿La predisposición importa más que la exposición? De confirmarse, los médicos tendrían que revisar algunas terapias.
Las proteínas de transferencia de lípidos o LTP (Lipid Transfer Protein, en sus siglas en inglés) son un tipo de proteína muy común entre los alimentos vegetales y algunos pólenes. Hasta ahora eran conocidas por su relevancia clínica como alérgenos alimentarios -presente en frutas y verduras, fundamentalmente-, no por su implicación en la alergia al polen, por lo que no había una asociación directa de esta proteína con la alergia respiratoria. Un estudio publicado por la revista Journal ofAllergy and Clinical Immunology, liderado por el Dr. Jaime Sánchez del servicio de Neumología y Alergia Respiratoria del Hospital Clínic de Barcelona e investigador del grupo Immunoalergia Respiratoria Clínica y Experimental del Institut D’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), demuestra por primera vez que un paciente alérgico a alimentos vegetales puede acabar desarrollando una alergia respiratoria mediante la reactividad cruzada (reacción entre un antígeno y un anticuerpo que fue generado contra otro antígeno similar), existente con la LTP presente en la composición del polen.
Este año los alérgicos al polen sufrirán las consecuencias de las lluvias de febrero y marzo. La previsión de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) es que los granos de gramínea en el aire duplicarán los niveles del año pasado. La situación se suavizaría si en mayo hubiera más precipitaciones.
Hace 110 millones de años, en plena era de dinosaurios, un grupo de insectos que transportaba polen quedó atrapado en gotas de resina. Eran cuatro hembras de tisanópteros —o trips—, con el cuerpo recubierto de granos de polen, que se han conservado hasta ahora en una pieza de ámbar de Álava. Se trata de la evidencia de polinización más antigua conocida hasta hoy, y la única del Mesozoico (hace entre 250 y 65 millones de años).
La expansión urbana ha provocado una pérdida de la biodiversidad promoviendo paisajes monótonos en los que se abusa de especies altamente alergénicas, según han probado en un estudio comparativo un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba.
Dicen que la primavera la sangre altera, y el sistema inmune, también. Picores, irritación, estornudos y dificultad para respirar trastornan el bienestar de quienes sufren los estragos del polen. Es solo uno de los agente externos ante los que nuestro ejército inmunitario muestra una reacción exagerada, y cada vez hay más afectados: en 20 años, la mitad de la población española será alérgica a alguna sustancia.