¿Cómo se pueden aprovechar los desechos vegetales que generan las industrias agroalimentarias? La obtención de energía, agromateriales y nuevos alimentos es una opción. El Proyecto Value coordinado por la Asociación para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación Alimentaria de La Rioja (CTIC-CITA), aporta algunas soluciones tecnológicas para conseguirlo.
Consumir gazpacho habitualmente puede contribuir a disminuir la presión arterial hasta un 27%, según un estudio publicado en la revista Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases. se trata de un alimento con un alto contenido en carotenoides, vitamina C y polifenoles. El balance final entre los compuestos bioactivos del gazpacho y su contenido en sal hace que el producto sea cardiosaludable.
Un estudio de la Universidad de Barcelona revela que los tomates de cultivos en los que no se emplean abonos nitrogenados tienen un nivel más elevado de compuestos fenólicos que los tomates de cultivos convencionales.
Investigadores de la Universidad de Cádiz han desarrollado un biosensor barato que determina con precisión el índice de polifenoles en la cerveza. Estas sustancias se utilizan para medir el carácter antioxidante de la bebida.
Un estudio revela que el ketchup elaborado con tomates de cultivos orgánicos tiene un mayor contenido de polifenoles, unas moléculas funcionales de origen vegetal y efectos saludables sobre la salud humana, que el procedente de tomates de cultivos tradicionales. La investigación, llevada a cabo por Grupo de Investigación de Antioxidantes Naturales de la Universidad de Barcelona (UB), se basa en análisis bioquímicos y metabolómicos de distintas marcas comerciales de ketchup.
Un estudio científico describe por primera vez la relación entre el consumo de frutos secos y un alto nivel de metabolitos de serotonina —un neurotransmisor clave en la transmisión del impulso nervioso— en pacientes con síndrome metabólico (MetS). El trabajo, publicado en la revista Journal of Proteome Research, está liderado por investigadores de la Universidad de Barcelona (UB).
El zumo de tomate de cultivo orgánico tiene más componentes fenólicos –compuestos de origen vegetal de gran interés nutricional y que pueden proteger al organismo contra enfermedades cardiovasculares degenerativas y cancerígenas –, que el del tomate de cultivo tradicional, según apunta un nuevo estudio científico que se ha publicado en la revista Food Chemistry y que ha dirigido Rosa M. Lamuela, profesora del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona.
Investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) han comprobado que una dieta rica en polifenoles y ácidos grasos poliinsaturados, patentada como dieta LMN, aumenta la producción de células madre en el cerebro -la neurogénesis- y potencia su diferenciación en diversos tipos de células neuronales. El estudio realizado mostró más proliferación celular en el cerebro de los ratones alimentados con la dieta LMN que en el de los alimentados con una dieta control en las dos regiones donde se produce la neurogénesis, el bulbo olfativo y el hipocampo, que resulta especialmente dañado en la enfermedad de Alzheimer. Estos resultados refuerzan la hipótesis que una dieta basada en alimentos ricos en estas substancias antioxidantes podría retrasar la aparición de la enfermedad o retardar su evolución.