Las futuras ratonas madre tienen un modo de proteger a sus crías no nacidas. Dado que el olor de la orina de un macho extraño puede provocar abortos y reactivar el ciclo ovulatorio, las ratonas preñadas evitan la acción de dichos estímulos olfatorios bloqueando su olfato. Las conclusiones de esta investigación han aparecido en el último número de la revista Nature Neuroscience.