Un modelo creado por investigadores de Reino Unido revela que los rasgos faciales, como la forma de la mandíbula, la boca, los ojos o los pómulos, son evaluados en cuestión de milisegundos por las personas que nos miran a la cara. En esta ojeada rápida, los humanos valoran cuestiones como la honradez, la autoridad y atractivo. Es lo que se conoce popularmente como primera impresión.