La industria textil emplea compuestos tóxicos que no solo afectan al medioambiente, sino también a la salud de los trabajadores de las fábricas. Estudios recientes indican que, según el uso y el tipo de ropa, los consumidores también podrían tener algo más que una simple alergia cutánea. Estos riesgos no están adecuadamente recogidos en las legislaciones sobre productos textiles, según los científicos.
Investigadores de la multinacional alemana Siemens han desarrollado un sistema que utiliza el excedente de energía de las renovables para convertir el dióxido de carbono en compuestos aptos para la industria, como el etileno y el monóxido de carbono. Los desarrolladores aún no han logrado recrear todo el proceso de fotosíntesis, ya que involucra muchas estructuras de proteínas complejas e interconectadas difíciles de imitar en un laboratorio. Pero esperan conseguirlo en dos años.