Los ecosistemas marinos profundos –de 100 a 1.000 metros de profundidad– están dominados por especies longevas que llegan a vivir cientos o miles de años, mientras que en aguas someras abundan generalmente las especies que solo viven algunas decenas de años. Esta es la conclusión principal de un estudio internacional sobre biología y ecología marina lleva a cabo por la Universidad de Barcelona, el Instituto de Ciencias del Mar y la Universidad de Colorado (EE UU).
Las profundidades marinas no solo ocultan especies sorprendentes, a veces también sorprende la presencia en su lecho de ciertos animales que ya se conocían. Una expedición estadounidense ha logrado captar en vídeo por primera vez a 4.826 metros de profundidad a una pequeña gamba de poco más de un centímetro de longitud que se estaba alimentando. Es la protagonista de #Cienciaalobestia.
Las cenizas volcánicas de la erupción del Etna que se produjo en marzo de 2012 y el frío intenso del invierno anterior desencadenaron el crecimiento repentino y masivo de fitoplancton en la cuenca de Yerápetra, una fosa abisal de 4.430 metros de profundidad, uno de los ambientes marinos menos productivos del Mediterráneo oriental. Según el estudio, fue el mayor flujo de materia orgánica de las últimas décadas.
La imagen de un gran tiburón blanco saltando fuera del agua para cazar una foca es por todos conocida, pero ¿cómo actúa en las profundidades marinas? Sus técnicas predatorias habían sido un misterio, hasta ahora, cuando las cámaras instaladas en robots submarinos autónomos las han registrado. Estos escualos –entre los que se encuentra el Deep Blue, que con seis metros de longitud es el mayor tiburón blanco filmado hasta la fecha– son los protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia.
Ejemplar de musolón de aleta larga recientemente hallado en aguas escocesas. / Scottish Shark Tagging Programme
Un equipo de investigadores españoles ha analizado la dieta de tres especies de tiburones que habitan en las profundidades marinas del área de El Cachucho, la primera Área Marina Protegida en España y ubicada en el Mar Cantábrico frente a la costa asturiana. Estos animales se alimentan de los recursos disponibles en su entorno y en función de los cambios en las profundidades del mar.