Investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá) han descubierto que un solo evento molecular en las células –un pequeño cambio en una proteína llamada PTBP1– podría ser la clave de cómo los humanos han evolucionado para convertirse en el animal más inteligente del planeta.
Los lentivirus son un género propio dentro de la familia de los Retroviridae cuya característica principal es que su periodo de incubación es muy largo. Uno de estos virus es el que afecta a los primates, llamado virus de inmunodeficiencia en simios (SIV), que, sin embargo, no provoca que sus portadores enfermen. Ahora, investigadores estadounidenses han estudiado la secuencia de los genes antivirales de algunos primates africanos y sugieren que estos animales han estado infectados por lentivirus desde hace 16 millones de años.
Un método desarrollado por investigadores españoles permite el diagnóstico precoz del alzhéimer con técnicas no invasivas. Su objetivo es demostrar que una metodología de este tipo puede servir como biomarcador temprano de la enfermedad y predecir el progresivo deterioro cognitivo en estos pacientes.
El ojo seco es la enfermedad ocular más común en el mundo y se da especialmente en las personas mayores. Ahora, investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y otras instituciones europeas, han descubierto el mecanismo molecular que provoca las molestias derivadas de esta dolencia ocular.
Hallaron láminas intactas de proteínas de más de un centímetro de diámetro. / John Nance
Investigadores de la Universidad de Sevilla han descrito la implicación de una proteína reguladora de la división celular en la efectividad de la radioterapia en el cáncer. En concreto, si el tratamiento logra disminuir los niveles de esta molécula se reducirá la proliferación de las células malignas y, si no lo consigue, aumentará el número de dichas células. Esta respuesta diferencial abre la puerta a terapias personalizadas contra el cáncer.
Células tumorales humanas de cáncer de mama teñidas para dos marcadores de invadopodio (cortactina en verde y Tks5 en rojo). Los invadopodia son las estructuras punteadas en el centro de la célula en color amarillo (debido a la presencia de las dos proteínas, cortactina y Tks5, en los invadopodia). / Valenzuela-Iglesias et al.
Un nuevo trabajo dirigido por José Javier Bravo-Cordero, investigador español en el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York, detalla cómo en los tumores mamarios, las células con niveles bajos de una proteína, la profilina1, aumentan su capacidad de producir metástasis e invadir otros tejidos.
Un trabajo con participación del CSIC combina una proteína con nanovesículas para sanar el tejido ulcerado y evitar amputaciones. La empresa encargada de su desarrollo y comercialización será Heber Biotec.