Por primera vez, una investigación ha demostrado sobre el terreno que, dentro de una misma especie de ave, las que no migran son más dominantes que las que sí lo hacen. El estudio, dirigido por la Universidad Complutense de Madrid, se ha centrado en las currucas capirotadas de los sotos del río Serpis (Alicante). Las residentes sacan su vena más agresiva frente a las migradoras para defender sus territorios y sus fuentes de alimentación.