Las redes de vigilancia médica que funcionan para monitorizar otras enfermedades podrían apoyar el control epidemiológico del SARS-CoV-2. Pero para ello harían falta más recursos destinados a la sanidad pública. Como explica Amparo Larrauri, directora del sistema centinela de vigilancia de gripe en España, “supone un desafío en el momento actual debido a la enorme carga de trabajo de los profesionales de salud pública y de hospitales, mantenida durante seis meses y sin previsión de mejora a corto plazo”.