La castración de los cerdos evita el olor “a verraco” en la carne y permite que éstos tengan más grasa. Pero las prácticas pueden ser muy diferentes. Ahora un equipo científico ha recogido por primera vez datos sobre las condiciones de castración en los cerdos europeos. La principal conclusión del estudio, que forma parte del proyecto PIGCAS, es que estos animales son castrados directamente por los ganaderos, sin anestesia y en algunos casos, sin respetar la legislación europea.
Cada año 125 millones de cerdos machos son sacrificados en Europa.