Dos nuevos trabajos del consorcio Atlas Celular Humano dan nueva información sobre los tipos y características de las células inmunitarias que pueden encontrarse en nuestros órganos, desde las etapas de desarrollo hasta la edad adulta. Estas contribuciones ayudarán a comprender y diagnosticar enfermedades.
Estos pequeños roedores, protagonistas del #Cienciaalobestia, viven en colonias estrictamente organizadas. Un equipo internacional de científicos ha descubierto que los individuos de mayor rango social presentan bazos más grandes. El aumento del tamaño de este órgano no solo les protegería mejor contra enfermedades, sino que podría incrementar su longevidad.
Científicos españoles y británicos han descubierto qué impide que el sistema inmunitario funcione con normalidad. Esto abre la puerta a que se investiguen nuevas terapias contra la inmunodeficiencia variable común y otros trastornos.
Un artículo publicado en Science confirma la hipótesis de que algunos individuos con mayor riesgo de morir por el SARS-CoV-2 tienen errores en su sistema inmunitario, en concreto, un fallo en la señalización del interferón tipo I. “La identificación precoz de pacientes con estos autoanticuerpos permitiría administrar un tratamiento preventivo contra la enfermedad grave”, dice Paul Bastard, su autor.
Un equipo científico estadounidense ha detectado a la segunda persona seropositiva que no presenta ninguna evidencia de genomas intactos del VIH tras analizar más de 1.500 millones de células de sangre y tejidos. Este hallazgo indica que su sistema inmunitario ha podido eliminar el virus por sí solo.
La infiltración de células inmunitarias dentro de los tumores ayuda a su eliminación. Un estudio publicado en Nature con la participación de expertos españoles demuestra que una proteína de la superficie de las células tumorales mamarias crea ‘escudos’ de colágeno para bloquear su entrada. Evitar la unión de esta proteína con el colágeno inhibe significativamente el crecimiento del cáncer.
Las evidencias acumuladas hasta ahora apuntan a que las defensas contra la covid-19 de las personas que ya lo han superado duran años. Los inmunólogos apuestan por que las vacunas generen una protección igualmente duradera, que se comprobará con el paso del tiempo.
Un nuevo estudio ha analizado más de 1.000 genomas humanos antiguos europeos para reconstruir cómo la genética puede afectar al sistema inmunitario. Los autores han descubierto que la tuberculosis ha sido un importante factor de mortalidad en los últimos 2.000 años de historia del continente.
Una de las preguntas clave de la pandemia es saber el tipo de inmunidad que genera el virus y el tiempo que se mantiene. Hay noticias positivas. La infección produce linfocitos B de memoria que no disminuyen seis meses después. Además, evolucionan. Los anticuerpos que producen tienden a ser más potentes y versátiles, y podrían ser más eficaces contra nuevas variantes.
Un artículo publicado hoy en la revista Science analiza las diferencias en las respuestas inmunitarias a la hora de enfrentarse a la covid-19 en función del sexo biológico. Este fenómeno no es exclusivo del coronavirus, pero la pandemia pone de manifiesto la necesidad de entenderlo mejor.