Un equipo multidisciplinar de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Universidad de Oviedo y la Universidad de las Islas Baleares ha desarrollado una plataforma bioinformática que analiza la capacidad de un ecosistema para asimilar cientos de contaminantes.
La revista Nature publicó en su número de la semana pasada nuevos datos sobre el cráter lunar Shackleton. Mientras que la publicación británica anunciaba que el cráter no contiene cantidades significativas de hielo, la NASA anunciaba justamente lo contrario. ¿Hay o no hay agua en Shackleton?
El centro tecnológico Itagra de Palencia ha concluido la investigación que trataba de determinar la efectividad del ozono, un gas con gran capacidad oxidante, en la desinfección de suelos agrícolas. En los ensayos realizados se ha estudiado el efecto del ozono sobre el desarrollo de diversos microorganismos (concretamente mohos y levaduras, aerobios mesófilos y patógenos de la fresa) y las hierbas adventicias, así como la respiración microbiana (respirometría) y las propiedades físico químicas del suelo.
Poblaciones de bacterias y sus virus experimentan, en condiciones naturales, una evolución recíproca. Así lo revela una investigación hispano-británica que deja abierta una puerta para la creación de “antibióticos evolucionados” para usos terapéuticos.
No toda la superficie de una misma parcela de viñedo presenta las mismas propiedades. Un estudio realizado por Neiker-Tecnalia (Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario) corrobora que en una misma parcela existen zonas con suelos de diferentes características, lo que causa diferencias reseñables en la producción de la uva y en la calidad del mosto.