Según la Organización Mundial de la Salud, más de 200 mil personas mueren cada año debido al uso de agroquímicos. El equipo de este investigador argentino, ganador del Premio Unesco-Al Fozan para Jóvenes Científicos de este año, desarrolló una alternativa: una especie de vacuna de ARN para los cultivos que entrena a las plantas para defenderse por sí solas de la infección de patógenos, reemplazando así a los pesticidas sintéticos.
Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Alicante señala que los contaminantes preocupantes pueden dispersarse a través del transporte aéreo, la eliminación incontrolada de basuras e, incluso, con el agua de lluvia que discurre por la superficie de un terreno y llegar hasta los ecosistemas naturales.
El cambio climático afectará a los microorganismos de los suelos, principalmente las cianobacterias, y producirá un reemplazo de las especies adaptadas a bajas temperaturas por aquellas mejor adaptadas a altas temperaturas. Según un nuevo estudio, liderado por biólogos de la Universidad Autónoma de Madrid, esto tendrá una repercusión impredecible en la fertilidad de los suelos y la erosión.
Epidemiólogos y geólogos españoles han encontrado asociaciones entre el número de muertes por tumores de esófago y zonas donde abunda el plomo, cánceres de pulmón y terrenos con más cobre, tumor cerebral con arsénico, y de vejiga con cadmio. Estos vínculos estadísticos no indican una relación causa-efecto, pero según los investigadores, se debería analizar la influencia de la composición de los suelos en la distribución geográfica de los tumores.
La sequía y el aumento de temperatura ya provocan sustituciones de especies, mayor aridez y riesgo de incendio, y menor fertilidad del suelo y disponibilidad de agua, entre otros efectos negativos. Una amplia revisión de estudios y registros de datos revela hay especies menos resistentes al cambio climático y que el impacto del cambio climático se agravará en las próximas décadas.
Investigadores de la Universidad de Cádiz han examinado la composición de sedimentos de la localidad inglesa de Colchester (Essex) para observar la actuación de microorganismos responsables de descomponer ciertos compuestos en horas. Debido a la inmediatez con la que realizan esta función, provocan una mayor riqueza del sedimento marino al regenerar nutrientes continuamente.
Al recubrir los huecos de las canteras de las que se extrae el mármol con sus propios residuos renacen plantas con las que se mejora el impacto visual de la zona. Así lo revelan investigadores de la Universidad de Almería que han conseguido que en las explotaciones mineras de Macael y algunas parcelas de Aznalcóllar afectadas por el vertido de tóxicos de hace casi 20 años vuelvan a crecer distintas especies vegetales.
Los aditivos convencionales tienen calcio y cuando se echan en los suelos con sulfatos se producen reacciones adversas desde el punto de vista económico y medioambiental. Ahora investigadores de la la Universidad del País Vasco y la Universidad Pública de Navarra proponen usar un aditivo alternativo a base de magnesio para evitar esos problemas y mejorar las propiedades constructivas de este tipo de suelos.
El efecto de la radiación ultravioleta sobre la hojarasca depende de las condiciones ambientales y parece que interacciona con la actividad de los microorganismos. El estudio demuestra como la radiación influye en la fertilidad de los suelos y la regulación del carbono.
Conocer la composición de las comunidades microbianas del suelo mejora las predicciones sobre el efecto del cambio climático. Esta es la principal conclusión de un estudio que vincula las funciones ecosistémicas y la estructura microbiana del suelo a nivel global. Hasta ahora se consideraba que la diversidad de las comunidades microbianas del suelo no afectaba al funcionamiento de los sistemas terrestres.