Un nuevo estudio confirma que las plantas de tratamiento de aguas residuales que trabajan con biotecnologías ambientales son un foco de incubación y propagación de superpatógenos al que hay que prestar más atención. El equipo de científicos propone acciones para reducir el riesgo de dispersión de los patógenos y bacterias resistentes a los antimicrobianos a través de las aguas residuales.