Un equipo investigador español ha alertado del deterioro que puede ocasionar el turismo en los ecosistemas del Escudo de la Guayana si no se toman medidas de protección urgentes. La presencia de plantas invasoras y aguas contaminadas en la cima del tepuy Roraima –que comparten Venezuela, Guyana y Brasil– son los primeros signos del impacto de la actividad humana en una zona hasta ahora inalterada. Estas mesetas son consideradas auténticos laboratorios naturales para estudiar el origen y la evolución de las biotas y ecosistemas neotropicales.