Hasta ahora la ballena boreal era considerada el vertebrado más longevo del mundo, con unos 211 años, pero ahora otro animal ha pulverizado esa marca: el tiburón de Groenlandia. Mediante técnicas de radiocarbono aplicadas al cristalino del ojo, los científicos han estimado que algunos ejemplares de este tiburón pueden tener 400 años, tantos como los primeros telescopios de Galileo.