¿Cómo el clima terrestre puede afectar el espacial? El pasado septiembre, el Experimento de Ondas Atmosféricas de la NASA registró enormes oleadas en la atmósfera, producidas por el huracán Helene. Esta información es clave para entender cómo estos fenómenos pueden interrumpir satélites y otras tecnologías.
Sequías, tornados y precipitaciones torrenciales han existido siempre en nuestro país. Mientras la ciencia sigue estudiando su relación con el cambio climático, está demostrado que el calentamiento global conduce a cada vez más olas de calor y mayor severidad en algunos fenómenos meteorológicos. Expertos de cuatro centros de investigación españoles nos cuentan el pasado, presente y futuro de estos sucesos.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña y otros centros internacionales han hallado un eslabón perdido en los fenómenos de emisión gamma durante las tormentas eléctricas. Un avión de la NASA ha realizado las observaciones en el Caribe.
Estos destellos de luz en el cielo forman parte de una familia de fenómenos como los rayos de tormenta, pero se producen en la mesosfera, a decenas de kilómetros sobre las nubes. El Instituto de Astrofísica de Andalucía encabeza el primer estudio espectroscópico de estos acontecimientos infrecuentes y breves, asociados con compuestos como hierro y níquel.
En octubre de 2018, durante una tormenta eléctrica sobre el mar de las Molucas (Indonesia), se produjeron simultáneamente dos violentos fenómenos atmosféricos: un estallido de rayos gamma terrestre y un enorme anillo de luz conocido como ‘elfo’. Justo en ese momento pasaba por encima la estación espacial internacional y registró la relación de los dos fenómenos. Los datos se publican ahora en la revista Science.
Hasta ahora se habían observado dos tipos de tormentas en Saturno: las colosales Grandes Manchas Blancas y otras mucho más 'pequeñas' y aisladas. Investigadores de la Universidad del País Vasco y la Politécnica de Cataluña informan por primera vez de un tercer tipo de tormentas intermedias y múltiples, como las cuatro que se observaron en 2018 en la región polar norte del gigante gaseoso.
Tormentas 1 y 2 proyectadas sobre un planisferio (parte superior) e interacción entre las dos tormentas simulada por ordenador (secuencia inferior). / UPV/EHU-UPC
El primer estudio sobre las contribuciones de los ecosistemas a la humanidad refleja que la capacidad de la naturaleza para satisfacer las necesidades de la gente está disminuyendo. El informe asegura que dentro de 30 años, más de 5.000 millones de personas –en la actualidad viven 7.600 millones– sufrirán la inseguridad alimentaria, la contaminación del agua y el aumento de tormentas costeras.
El aumento de temperaturas podrá generar en el peor escenario una subida del nivel del mar de hasta 1,5 metros en la Manga del Mar Menor en el próximo siglo, según un nuevo estudio. Esta situación podría agravarse con las tormentas por un incremento de unos 4 metros en la altura media de la ola. Los hoteles y las urbanizaciones a pie de playa quedarían expuestos a graves inundaciones.
Este lunes se ha lanzado desde el Centro Espacial Kennedy, en EE UU, un observatorio para monitorizar los fenómenos eléctricos en la alta atmósfera. El dispositivo se colocará en la Estación Espacial Internacional, desde donde analizará los desconocidos eventos luminosos y rayos gamma asociados a las tormentas. El Instituto de Astrofísica de Andalucía participa en el análisis de los datos de la misión.