La reconstrucción de las tormentas en el Mediterráneo occidental ha permitido entender año a año las fluctuaciones del clima mediterráneo desde el 763 a.C. hasta el 2012. Los datos, obtenidos a partir de los registros sedimentarios del lago Montcortés en Lleida, confirman que el final de la presencia de los romanos en la Península (entre los años 370 y 670) coincidió con los tres siglos más secos, en los que apenas hubo tormentas.
Desde el descubrimiento de América, multitud de navíos españoles cruzaron el Atlántico hacia el Caribe, pero las tormentas impidieron que muchos de ellos llegaran a la costa. Ahora, los registros históricos de sus naufragios junto a los anillos de crecimiento de pinos en los Cayos de Florida revelan que la actividad de estos ciclones pudo estar relacionada con las fluctuaciones de la radiación solar.
Hasta ahora no se comprendía cómo se desarrollaban las 'grandes manchas blancas' de Saturno, enormes tormentas que tienen lugar cada 30 años terrestres. Un equipo de científicos españoles ha logrado analizar la última, la de 2010, ofreciendo modelos e información inédita sobre el funcionamiento de estas grandes estructuras meteorológicas.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) han desarrollado un método para evaluar el grado de vulnerabilidad de las zonas costeras al impacto de temporales. El método, aplicado en el litoral catalán, revela que un tercio de sus costas presentan una vulnerabilidad alta a la inundación y un 20%, a los efectos de la erosión.
La tormenta que se inició en Saturno en diciembre de 2010 ha producido grandes cambios en las temperaturas, los vientos y la composición atmosférica de una gran región del planeta, e incluso algunos efectos aún perduran. Así lo revela un estudio internacional, con participación española, basado en los datos de la nave espacial Cassini y el telescopio VLT del Observatorio Europeo Austral (ESO) en Chile.
Un estudio español establece cinco patrones atmosféricos que favorecen la aparición de un incendio provocado por rayos en el noroeste de la Península Ibérica. El objetivo es crear nuevos métodos para predecir tormentas, donde se acumula la carga eléctrica que desencadenará el rayo.
Un equipo de ingenieros de la Universidad de Alcalá de Henares (UAH, Madrid) ha desarrollado un nuevo sistema para detectar mejor los barcos en mar revuelto, según informa este mes la revista IET Radar, Sonar & Navigation. La técnica consiste en analizar las imágenes del radar y aplicar un algoritmo basado en redes neuronales artificiales.