Un equipo científico ha reconstruido una de las palmeras más antiguas que se conocen, la especie Sabalites longirhachis, muy cercana al origen del grupo de las palmeras en el Cretácico superior.
Un estudio de la Universidad de Barcelona publicado en la revista Climatic Change pone de manifiesto una clara adaptación fisiológica de los árboles al cambio climático. El trabajo, elaborado por Octavi Planells y Emilia Gutiérrez, directora del Grupo de Dendroecología del Departamento de Ecología de la Universidad de Barcelona, junto con investigadores del Deutsches GeoForschungszentrum Potsdam, apunta al hecho que unas condiciones ambientales limitadoras pueden forzar la sincronización del crecimiento de los árboles con el clima y entre éstos.