Acaba de terminar una exitosa campaña de excavaciones con el descubrimiento de cuatro dientes de leche en este refugio de neandertales de la sierra madrileña.
El mejor plan estival para algunos es excavar en busca de pistas sobre el origen del compartamiento humano. Al menos, para los investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, que participan un año más en un proyecto español en los yacimientos tanzanos de la Garganta de Olduvai
La Sierra de Atapuerca alberga multitud de fósiles en sus diferentes niveles, pero hasta ahora los científicos no habían descubierto grandes asociaciones de fósiles en un mismo nivel del suelo. Investigadores de la Universidad Rovira i Virgili (URV) y de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR) confirman el hallazgo de la asociación de restos fósiles con la mayor diversidad de anfibios y reptiles.
Un trabajo recién publicado en el Journal of Human Evolution analiza los patrones de orientación en los yacimientos tanzanos de Olduvai, con técnicas SIG, para demostrar que los hallazgos allí encontrados no son acumulaciones producidas por la acción de los homínidos o por otros animales, sino efecto de agentes geológicos. Por tanto, los estudios espaciales de estas concentraciones no son indicadores del comportamiento humano, como venía afirmando gran parte de la comunidad científica.
Un equipo de 15 investigadores españoles de la Institución Mila i Fontanals (CSIC) de Barcelona está dirigiendo una campaña en Siria para investigar la transición entre los últimos grupos nómadas de cazadores y recolectores, así como las primeras sociedades sedentarias de agricultores y ganaderos. Este proceso tuvo lugar en Oriente Próximo, China, Perú y México entre el 12.000 y el 6.000 antes nuestra Era.
Los restos humanos encontrados en la Península Ibérica indican que las primeras dispersiones humanas desde África hasta Europa occidental se produjeron hace entre 1,4 y 1,2 millones. Hasta ahora se barajaban diferentes hipótesis sobre las razones, pero un equipo internacional liderado por científicos españoles acaba de demostrar que el clima condicionó la primera dispersión humana hacia España.
El paleontólogo Paul Sereno en los yacimientos.
Sandra, Paco y Eduardo buscando fósiles en uno de los yacimientos.
Un equipo de arqueólogos, dirigido por el profesor de Prehistoria de la Universidad de Valladolid, Manuel Rojo, ha encontrado la tumba de una joven adolescente que, previsiblemente, murió ejecutada en la Edad del Bronce. En la actualidad, los investigadores concluyen los trabajos de campo y el esqueleto hallado ya se analiza en el laboratorio.