La noche de este viernes 31 de julio se podrá ver la ‘luna azul’, una expresión que hace referencia a la segunda luna llena en un mismo mes, algo que suele ocurrir cada tres años. La denominación fue acuñada en torno a 1940, a raíz de un dicho popular anglosajón. Aunque esta noche nuestro satélite no cambiará realmente de color, erupciones volcánicas e incendios forestales han permitido ver lunas verdaderamente azuladas.
Módulo de aterrizaje Philae de la misión Rosetta. / ESA
En la constelación de Casiopea, a unos 21 años luz de distancia, se encuentra HD 219134b, el planeta rocoso más próximo al nuestro fuera del sistema solar. El descubrimiento se ha hecho gracias a los instrumentos del Telescopio Nazionale Galileo en La Palma (Canarias) y el telescopio espacial Spitzer de la NASA.
La pequeña nave Philae, que en noviembre descendió desde la sonda Rosetta hasta el cometa 67P, ha detectado 16 compuestos orgánicos, algunos precursores de la vida y cuatro de ellos identificados por primera vez en los cometas. El estudio, con participación española, es uno de los siete artículos que publica esta semana la revista Science con datos de Philae.
¿Qué son estas misteriosas rayas rojas de Tetis?. / NASA / JPL-Caltech / Space Science Institute
Ilustración de LSR J1835 y su aurora. / Chuck Carter and Gregg Hallinan/Caltech
Primera detección del litio de una explosión estelar. / ESO
Tras los bellos colores de la nebulosa planetaria Abell 78 se esconde un curioso renacimiento estelar. En el centro se halla una estrella moribunda, similar a nuestro Sol, que había expulsado sus capas externas en su camino hacia la extinción. Sin embargo, por un tiempo, regresó a una fase estelar anterior, la de gigante roja, y después repitió su trayecto hacia la fase de nebulosa planetaria, según revela una investigación liderada por el Instituto de Astrofísica de Andalucía.
Kepler-452b, el primo mayor de la Tierra. / NASA/Ames/JPL-Caltech/T. Pyle
La Tierra, desde más de 1.600.000 kilómetros de distancia / NASA