Aunque parezca increíble, del vacío pudo emerger el cosmos, que quizá no nació tras una gran explosión. Puede que en ese momento, hace 13.800 millones de años, lo que experimentara fuera un gran rebote tras un periodo de contracción. Desde entonces no deja de expandirse, hasta que termine sus días de forma aburrida y con el tiempo congelado. El autor del libro Más allá del Big Bang nos habla de estas teorías.
Durante la segunda quincena de abril se produce la lluvia anual de estrellas de las Líridas, cuando nuestro planeta atraviesa la nube de partículas que dejó hace más de un siglo un cometa. Su máximo será la noche del martes 21 al miércoles 22 y, con paciencia, se podrá ver alguna cruzando el cielo cada 10 o 15 minutos. Eso sí, desde casa y donde las nubes no lo impidan.
Tras observar durante casi 30 años los movimientos de la estrella S2 orbitando en torno al agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia, los astrónomos han confirmado que se mueve como predijo la relatividad general de Einstein. Su órbita tiene forma de rosetón, y no de elipse, como decía la teoría de la gravedad de Newton.
Con la ayuda del telescopio espacial TESS, un equipo científico liderado desde el Centro de Astrobiología ha observado el núcleo de ocho nebulosas planetarias. En siete de ellas, incluida la famosa nebulosa de la Hélice, han detectado signos claros de variabilidad en la curva de luz de su estrella central, lo que sugiere que la acompaña otra estrella compañera.
Astrofísicos europeos han descubierto una antigua enana de luminosidad variable orbitando mutuamente con otra estrella en un sistema doble. El hallazgo proporciona información importante sobre cómo evolucionan y finalmente mueren estrellas como nuestro Sol.
La falta de tiempo para realizar todos los ensayos necesarios y las complicaciones de última hora causadas por el coronavirus han obligado a la Agencia Espacial Europea a retrasar dos años la misión ExoMars, cuyo lanzamiento estaba previsto para 2020.
Imagina un planeta supercaliente donde su cara diurna supera los 2.400 °C, una temperatura suficiente como para vaporizar el hierro. Este puede ser llevado por el viento hasta el lado oscuro, donde nunca llega la luz de su estrella, una zona más fría donde condensan y precipitan las gotas del metal. Este mundo tan extraño existe: se llama WASP-76b y se localiza a unos 390 años luz de distancia, en la constelación de Piscis.
La luna llena de este 9 de marzo coincidirá con su actual perigeo, el punto de su órbita más cercano a la Tierra. Esto hará que la veamos un 12 % más grande y con un brillo 29,2% superior respecto a cuándo está más alejada. El fenómeno se podrá disfrutar a simple vista, pero también gracias a retransmisiones por internet, como la que ofrecerán astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias desde el Observatorio del Teide.
El pasado mes de febrero se descubrió un objeto del tamaño de un coche orbitando, temporalmente y de forma caótica, alrededor de nuestro planeta. Su nombre es 2020 CD₃ y lleva tres o cuatro años con nosotros, pero a finales de abril seguirá su camino en solitario por el sistema solar.
El agujero negro J1820, que forma un sistema binario con una estrella de tipo solar, ha expulsado un chorro de partículas a enormes distancias y velocidad. Una campaña de observación durante medio año ha permitido seguir la evolución de este material, que muestra cómo el agujero negro es capaz de realimentar el medio interestelar.