Tras observar durante casi 30 años los movimientos de la estrella S2 orbitando en torno al agujero negro supermasivo del centro de nuestra galaxia, los astrónomos han confirmado que se mueve como predijo la relatividad general de Einstein. Su órbita tiene forma de rosetón, y no de elipse, como decía la teoría de la gravedad de Newton.
Con la ayuda del telescopio espacial TESS, un equipo científico liderado desde el Centro de Astrobiología ha observado el núcleo de ocho nebulosas planetarias. En siete de ellas, incluida la famosa nebulosa de la Hélice, han detectado signos claros de variabilidad en la curva de luz de su estrella central, lo que sugiere que la acompaña otra estrella compañera.
Astrofísicos europeos han descubierto una antigua enana de luminosidad variable orbitando mutuamente con otra estrella en un sistema doble. El hallazgo proporciona información importante sobre cómo evolucionan y finalmente mueren estrellas como nuestro Sol.
La falta de tiempo para realizar todos los ensayos necesarios y las complicaciones de última hora causadas por el coronavirus han obligado a la Agencia Espacial Europea a retrasar dos años la misión ExoMars, cuyo lanzamiento estaba previsto para 2020.
Imagina un planeta supercaliente donde su cara diurna supera los 2.400 °C, una temperatura suficiente como para vaporizar el hierro. Este puede ser llevado por el viento hasta el lado oscuro, donde nunca llega la luz de su estrella, una zona más fría donde condensan y precipitan las gotas del metal. Este mundo tan extraño existe: se llama WASP-76b y se localiza a unos 390 años luz de distancia, en la constelación de Piscis.
La luna llena de este 9 de marzo coincidirá con su actual perigeo, el punto de su órbita más cercano a la Tierra. Esto hará que la veamos un 12 % más grande y con un brillo 29,2% superior respecto a cuándo está más alejada. El fenómeno se podrá disfrutar a simple vista, pero también gracias a retransmisiones por internet, como la que ofrecerán astrónomos del Instituto de Astrofísica de Canarias desde el Observatorio del Teide.
El pasado mes de febrero se descubrió un objeto del tamaño de un coche orbitando, temporalmente y de forma caótica, alrededor de nuestro planeta. Su nombre es 2020 CD₃ y lleva tres o cuatro años con nosotros, pero a finales de abril seguirá su camino en solitario por el sistema solar.
El agujero negro J1820, que forma un sistema binario con una estrella de tipo solar, ha expulsado un chorro de partículas a enormes distancias y velocidad. Una campaña de observación durante medio año ha permitido seguir la evolución de este material, que muestra cómo el agujero negro es capaz de realimentar el medio interestelar.
El rover chino Yutu-2, que desde hace un año recorre la cara oculta de la Luna, ha penetrado con su radar hasta los 40 metros de profundidad para desvelar lo que se esconde bajo la superficie: materiales granulares y muy porosos con rocas de diferentes tamaños, fruto de los impactos que ha sufrido nuestro satélite.
Astrónomos de Australia y EE UU han detectado el mayor estallido cósmico jamás registrado, cinco veces más potente que el anterior récord. La colosal explosión procede de un agujero negro supermasivo en el cúmulo de galaxias de Ofiuco, localizado a 390 millones de años luz, y ha generado una cavidad del tamaño de 15 Vías Lácteas.