Tras sobrevolar la luna Titán, este miércoles la nave Cassini se ha adentrado entre Saturno y sus famosos anillos. Se trata de la primera de las 22 órbitas finales que trazará la sonda alrededor del gigante gaseoso, donde desparecerá para siempre el próximo 15 de septiembre.
La imagen cuádruple de una supernova
No todas las estrellas que viajan por la Vía Láctea en lo que se llama un grupo de movimiento, donde comparten origen y composición química, son realmente miembros. En el caso del grupo de la Osa Mayor, 29 de sus 44 estrellas sí lo son, y esta proporción se considera elevada respecto a otras agrupaciones. Por tango, hay poca contaminación estelar, según una investigación en la que participa la Universidad Complutense de Madrid.
Después de los espectaculares descubrimientos de las siete ‘tierras’ alrededor de la enana roja TRAPPIST-1 y del exoplaneta Proxima b en torno a nuestra estrella más cercana, ahora llega el que podría ser el mejor candidato para buscar señales de vida fuera del sistema solar: LHS 1140b. Es una supertierra que orbita en la zona habitable de otra estrella enana roja cercana, a unos 40 años luz.
En las profundas fumarolas hidrotermales de la Tierra sobreviven microoganismos primitivos que generan energía transformado el hidrógeno y el CO2 en metano. Ahora la nave Cassini ha detectado estas tres sustancias en los supergéiseres que emanan de Encélado, una de las lunas de Saturno, y los científicos se preguntan si también allí estarán relacionadas con alguna forma de vida.
Una galaxia corriente de hace mucho tiempo
Representación artística del exoplaneta GJ 1132b que orbita alrededor de la enana roja GJ 1132. / MPIA