El Premio Nobel de Química 2010 ha recaído en los investigadores de nacionalidad japonesa Akira Suzuki (Mukawa, Japón, 1930) y Ei-ichi Negishi (Changchun, China, 1935), así como en Richard F. Heck (Springfield, EE UU, 1931), autores por separado de tres reacciones químicas que emplean catalizadores de paladio para crear enlaces de carbono-carbono mediante emparejamientos cruzados.
Ada Yonath durante su paso por Passion for Knowledge en San Sebastián.
El último Premio Nobel de Química recayó en la cristalógrafa israelí Ada Yonath (Jerusalén, 1939) por sus estudios, junto a otros dos compañeros, sobre la estructura y función del ribosoma, la fábrica celular de proteínas. Yonath trabaja en el Instituto Weizmann de Ciencia en Israel, pero esta semana ha estado en San Sebastián para participar en el festival Passion for Knowledge. SINC aprovecha la ocasión para entrevistar a la veterana científica.
La química Ainhoa Inza ha estudiado la presencia en el País Vasco de PM10, un tipo material particulado (PM) contaminante formado por partículas inferiores a diez micras de diámetro y que daña la atmósfera, la salud humana, y los ecosistemas. En cuatro años no se ha superado el valor límite anual de 40 µg/m3 de PM10, tal y como estipula la Directiva europea 2008/50/CE.
Un equipo de químicos de la Universidad de Sevilla (US) ha conseguido diferenciar las hojas de té según su contenido mineral y por medio de redes neuronales artificiales. La técnica permite distinguir las cinco variedades principales de té: blanco, verde, negro, Oolong y rojo.
La técnica permite distinguir las cinco grandes variedades de té
Una investigación de la UAB demuestra que utilizar CO2 en lugar de ácido clorhídrico en las piscinas reduce los compuestos nocivos presentes en el aire, manteniendo la eficacia como reductor del pH del agua. Además, el CO2 tiene ventajas ambientales, dado que su uso en el agua reduce el balance de emisiones de gas de efecto invernadero y el agua de renovación, una vez desechada al medio, es menos nociva para los organismos. La investigación ha sido publicada en la revista Chemosphere.
Una bacteria de la especie Acidithiobacillus ferrooxidans aislada de la cuenca del Río Tinto y otro microorganismo llamado Deinococcus radiodurans –resistente a la radiación utilizada como control-, han sobrevivido a una simulación de las condiciones medioambientales que encontrarían en Marte, según se desprende de un artículo que publicará este mes de octubre la revista Icarus bajo el título Protection of chemolithoautotrophic bacteria exposed to simulated Mars environmental conditions.